miércoles, 10 de marzo de 2010

Música

Una vez más. La eufória, los gritos, cabellos revueltos. Olor a sudor y a multitud; a frenesí y locura. Cabezas que danzan al unísono, pensamientos que coinciden en cada una de las mentes de los presentes.
Este lugar pasaría desapercibido en cualquier otra ocasión. Pero hoy no, hoy la noche es nuestra.

Estrellas sobre nosotros, bailes desenfrenados. Rasgueos en los oídos, pausados y melódicos. Parece que el mundo vaya a acabarse con esos acordes.
Miro alrededor. Brazos en el aire, vibración de las cuerdas vocales. El público pide más.

La noche es eterna. Nuestros rostros reflejan una felicidad exhausta. El estomago retumba con cada golpe de batería, el corazón bombea música por nuestras venas.
El pelo adherido a la frente y las mejillas, perladas de sudor. Los ojos brillantes bajo los focos, sonrisas en la oscuridad.

La voz rasgada impregna el aire. La tierra tiembla bajo nuestros pies. Jamás nada unió tanto al mundo. Es una pequeña parte del verdadero significado de la libertad. Estar todos aqui, en este lugar, ahora, coreando la misma canción. No hay un solo rostro afligido.

Hoy todos somos jovenes y estamos llenos de vida. El mundo no se acabará esta noche.
Mientras tanto, la música sigue sobre nuestras cabezas.
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Una semana para Rage :)

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